
Llegó la leche agroecológica
Entre los múltiples traspiés que nos trajo la pandemia, podríamos anotar la postergación de un censo nacional que debió haberse realizado en 2020 y que todavía seguimos esperando. Así las cosas, las últimas estadísticas poblacionales indican que allá por octubre de 2010 el pueblito de Las Armas era habitado por 365 personas, cifra que traslucía el paulatino vaciamiento del lugar. ¿Y por qué nos interesa de pronto la vida de este pago del Partido de Maipú, en las profundidades de la Provincia de Buenos Aires? Porque a partir de este sábado 4 de diciembre llegarán desde allí las primeras botellas de Leche Matria, derechito y sin escalas a las góndolas de la Tienda de Padilla 675, barrio de Villa Crespo. Del productor al mercado y del mercado a la mesa familiar: así de simple es la cadena de consumo que proponemos desde CONSOL.
Esta primera tanda de producción de la Leche Matria estará disponible el mismo sábado desde las 10 de la mañana y hasta agotar stock, únicamente allí, en nuestra tienda física. Cualquier consumidor y consumidora ya puede reservar su botella, a través del foco que le corresponda.
Matria se presenta en su cuenta de Instagram: “Nuestros rodeos son familiares y tenemos 30 vacas en ordeñe. Los pastos y forrajes con que se alimentan son cultivados sin uso de agroquímicos. Se procesa con un sistema de pasteurización tradicional, manteniendo la flora necesaria para una buena nutrición. Se conserva a una temperatura menor a los 8° y se debe consumir antes de los 5 días. Es un alimento muy noble para la elaboración de recetas sencillas y tradicionales como quesos, yogurt, ricota y flan casero”.
Marcos García tiene 31 años y hace 7 tomó una decisión política y colectiva que modificaría su vida: con otros compañeros y compañeras, se marchó del conurbano bonaerense y se afincó en Las Armas, con la expectativa de habitar el campo y de trabajar la tierra. Pioneros de una agenda que lleva tiempo escribiéndose, pero cuya lapicera el Estado todavía no se atreve a empuñar: son las organizaciones sociales las que piensan y fomentan esta patriada que implica alzar la vista y disponerse a ocupar la inmensidad de nuestro país. El motivo es evidente: ya no es posible construir bienestar social en una ciudad como Buenos Aires, con tantas desproporciones y tan pocas oportunidades, rebosante de miseria y contaminación.

¿No hay salida? Sí, claro que la hay, porque para eso tenemos un país enorme y prácticamente virgen. No es un secreto. Lo vemos con claridad cada vez que tomamos una ruta, no importa el rumbo que sigamos. Marcos allá fue y al día de hoy trabaja en el tambo de la Cooperativa Colonia Ferrari, una comunidad dedicada a la producción agroecológica, a la huerta y la cría de animales. Nos cuenta vía WhatsApp que en estos años que llevan viviendo y trabajando en Las Armas han logrado ampliar el rodeo de vacas y han mejorado la infraestructura de la cooperativa. Destaca que todos los animales son alimentados con pastura, porque rechazan de plano el uso de los agroquímicos en el proceso productivo.
“Queremos fortalecer la producción local, generando laburo. Y también queremos darle fuerza a esta idea de venirse a vivir al campo”, expresa Marcos, que integra el Frente Agrario del Movimiento Evita y que dice de primera mano que en los pueblos del interior se siente la falta de laburo y la escasez de tierras para producir. “Hay problemas graves vinculados al trabajo, pero también a la vivienda y a las adicciones. Todos los días nos encontramos con vecinos que tratan de buscarle la vuelta para vivir con dignidad”.
La Cooperativa Colonia Ferrari, proceso de lucha mediante, ha logrado recuperar tierras del Estado que eran ociosas, y allí puso en marcha su emprendimiento productivo. “Hoy somos 15 familias y cada una cuenta con media hectárea para trabajar la producción. Cada día tratamos de dar un paso al frente en la organización de la comunidad y en el desarrollo de nuestra cooperativa. Pero se necesita el empuje del Estado, porque en estos lugares está todo por hacerse”.
En el mientras tanto, la economía social y solidaria sigue siendo la respuesta: una red cada vez más amplia que tiende puentes y se afianza. Así es como la Leche Matria llega hoy a los barrios de nuestra ciudad, de la mano de CONSOL, codo a codo con la producción familiar y regional.