
En unidad eliminamos intermediarios
La experiencia Alta red surge de la base de otras organizaciones de consumidores y comercializadoras que se vienen juntando desde hace 4 años, que el año pasado se pusieron un nombre y abrieron el juego.
CONSOL es parte de las compras conjuntas, como los 8 camiones de banana formoseña que le cambiaron radicalmente el parámetro a los productores: antes recibían dos pesos por kilo. Hoy, el cuádruple. Hoy, además, esos productores se cooperativizaron. También trajeron dos palets de jabón de tocador y para ropa de Cañada Rosquín. Para pedir toda esa mercadería, tenían que unirse. Para que circule con mayor celeridad, también. Esa misma dinámica la repitieron repitió con harina, bananas, aceite, zapallo.
De otra forma, sería muy difícil resolver las necesidades de cada organización para elaborar un sistema de demanda de consumo organizado y previsible es contar con un espacio físico de acopio, descarga y distribución, espalda financiera y un estudio de la planificación de la demanda a partir de la experiencia real y concreta.
Luis, de Almacoop, detalló por qué, entonces, juntarse era una obligación: “No tenemos todas el mismo nivel de desarrollo analítico par allegar a esta proyección de demanda. Tratamos de ir acompañándonos unas a otras. No todas tenemos espacio de acopio. Ninguna espalda tiene financiera. Ayudándonos y poniendo cada una su granito de arena, su billete contante y sonante, se hace más llevadero y se logra una escala que ninguna sola hubiera alcanzada”.
“El consumidor al que llegamos con diferentes estrategias según cada experiencia, está politizando su consumo. Estamos construyendo un sujeto político”, rescata Eva, de Mecopo. “Cuando uno ve que hay otras posibilidades, que tal vez implican un mínimo esfuerzo extra como esperar el pedido o comer verduras de estación, también uno fortalece la herramienta de elegir lo que uno hace”.
“Soy una convencida de que el hecho de sentarse a una mesa a pensar estrategias y a pensar qué queremos también nos hace construir vínculos. No hay lugar para ‘yo tengo más poder’, ‘yo tengo más poder de compra, entonces te vendo a vos’. Esas prácticas son recontra comunes, pero no suceden en Alta Red. Es un ejemplo de unidad para estos tiempos que corren. Ponemos los acuerdos por delante”, concluyó Eva.
El enorme desafío, para Luis, es modificar el hábito del supermercado. “Hace falta saber a quién le estamos comprando. Saber que cuando pagamos, le estamos pagando a alguien en particular. El consumo no es un hecho aislado de cualquier acción política. Es un hecho político. Si sé de quién estoy consumiendo, se da otra forma de mirar el proceso económico de consumo cotidiano. Las cosas están mal, pero nadie deja de comer. Para todo esto, tenemos que encaminar la cultura del consumo hacia el conocimiento del productor y, todo esto, llevado con cuidado de los valores, para que nunca estén por encima del promedio de cada territorio”.